YPFB en Terapia Intensiva: Liquidez se Desploma y Utilidades Colapsan, Revelan Estados Financieros

Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la otrora joya de la corona económica boliviana, atraviesa una delicada situación financiera, según revelan los estados financieros de las gestiones 2014 y 2023 a los que tuvo acceso EL DEBER. Los números son contundentes y pintan un panorama donde la estatal petrolera no solo ha perdido una importante capacidad operativa inmediata, sino que su rentabilidad se ha desplomado, generando preocupación entre expertos que advierten sobre el agotamiento del modelo económico basado en la exportación de gas.
Un análisis comparativo de los estados financieros evidencia un drástico deterioro en la liquidez de la empresa. En 2014, YPFB contaba con una robusta posición de caja y bancos, superando los 15.300 millones de bolivianos, cifra que representaba casi el 15% de su activo total. Sin embargo, para 2023, este monto se redujo a tan solo 4.185 millones de bolivianos, lo que implica una contracción alarmante del 72,7%. Esta significativa disminución en la disponibilidad inmediata de fondos pone en riesgo las operaciones diarias de la empresa, desde el pago a contratistas hasta el aseguramiento del suministro de combustibles.
Pero la situación más preocupante radica en el colapso de la generación de utilidades. Mientras que en 2014 YPFB reportó ganancias netas superiores a los 6.700 millones de bolivianos, en 2023 la empresa cerró con un resultado negativo de -418 millones de bolivianos. Esta variación representa una caída estrepitosa del -106,24%, una cifra que debería activar todas las alarmas sobre la viabilidad financiera de la estatal. La propia YPFB atribuye este comportamiento a la estructura de precios internos, que son inferiores a los costos de importación, y a la menor capacidad exportadora debido a la declinación de la producción nacional.
En contraste con la caída en ingresos y liquidez, YPFB incrementó considerablemente su inversión en infraestructura, con un crecimiento del 38,5% en su activo fijo neto entre 2014 y 2023. Si bien la empresa justifica estas inversiones en la actividad de industrialización, expertos como el exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos advierten que YPFB enfrenta una profunda crisis financiera y operativa producto de años de mala gestión, politización y falta de transparencia. Ríos señala que la estatal no ha logrado descubrir nuevas reservas y que la producción de hidrocarburos ha estado en constante declive desde 2015, a pesar de los anuncios oficiales.
La otrora “vaca lechera” del Estado boliviano parece haber entrado en terapia intensiva. La pérdida de liquidez, el desplome de las utilidades y la dependencia de un modelo económico en declive sitúan a YPFB en una encrucijada. Si bien el presidente ejecutivo de la empresa, Armin Dorgathen, deposita su esperanza en los resultados de nuevos proyectos de exploración, los números actuales reflejan una realidad innegable: YPFB ha dejado atrás su época dorada de alta rentabilidad y abundante liquidez, sin haber aprovechado el boom del gas para asegurar un futuro sostenible.